miércoles, 26 de enero de 2011

Retrato hiperrealista de nuestra sociedad de consumo


Como miembros de la sociedad de consumo, todos deberíamos ver este documental y recapacitar...
El modelo de sociedad que retrata con tanta exactitud tiene también entre uno de sus máximos exponentes a la industria de la moda y en concreto al fenómeno de consumo de la "moda descartable" abanderado por Zara, H&M y otras grandes cadenas del "fast fashion".
Y es que quién no recuerda aquellos armarios de nuestros abuelos con ropa que duraba toda la vida... hoy en día apenas nos dura una temporada o como mucho dos... ¿será la calidad de los tejidos que ha sido adulterada a propósito? ¿Tal vez los acabados que no son tan finos como los de antes? ¿O será que nos comen el coco con la omnipresente publicidad y las idas y venidas de las modas para que compremos lo último creándonos una necesidad y una urgencia innecesarias?

lunes, 24 de enero de 2011

La crisis cambia la mentalidad del consumidor

El consumidor que aprendió a comprar productos más caros en épocas de prosperidad, ahora está aprendiendo a comprar productos más baratos. Se ha dado cuenta de que estaba gastando dinero en productos y servicios caros cuando había alternativas más baratas con poca pérdida real de calidad o satisfacción. Muchos consumidores están descubriendo un nuevo sentido de bienestar en esa actitud más exigente e inteligente con el valor de las cosas.

Vestidos de 1000 euros

El consumidor ha cortado drásticamente los gastos y como ejemplo de esa nueva actitud están los vestidos de marca. Hace cinco años, los vestidos de firmas se podían vender a 300 y hasta a 500 euros. Antes de la crisis económica, el consumidor enamorado de los vestidos—impulsado por el crédito fácil y por una sensación de riqueza recién descubierta procedente de la revalorización del mercado bursátil y de los bienes inmuebles— llegó a pagar 800 y hasta 1000 euros por un vestido. Todos querían lo más nuevo, lo más moderno, lo mejor. Ahora esa mentalidad insensata ha desaparecido, volvemos a una época más simple.

Los consumidores que no corren el riesgo inmediato de perder el empleo, pero tienen amigos o parientes desempleados, están evitando gastar como medida preventiva. Siguen gastando, pero ahora se sienten orgullosos de comprar a precios más baratos.

Para los nacidos después de 1978, la crisis ha tenido un impacto mayor que el 11 de septiembre. Éste es el primer trauma financiero de sus vidas. Ellos nacieron creyendo que el capital y los gastos eran ilimitados. Muchos se han quedado aturdidos. No tienen ni idea de lo que es un presupuesto y puede que no acepten los hechos durante algún tiempo, o que hagan frente a la crisis con un nuevo conjunto de opciones de consumo como, por ejemplo, la llamada “moda descartable” de Zara y de otras grandes cadenas de "fast fashion" u otras opciones más frescas y novedosas como buscar la misma calidad y diseño sin pagar de más, sin pagar la marca.

sábado, 22 de enero de 2011

¿Vistes por estilo o por estatus?


Hay que asumirlo, la necesidad de reconocimiento y estatus está en el corazón de toda tendencia en el consumo. Estatus es el máximo motivo, escondido siempre, una fuerza subconsciente pero siempre presente en toda compra.

En una sociedad tradicional de consumidores, donde el consumo es uno de los principales (si no el principal) indicadores de éxito, aquellos que consumen más (y especialmente los que consumen las marcas más caras) son clásicamente los que consiguen más estatus.

Sin embargo, las sociedades están cambiando. Ahora hay muchos consumidores que no se obsesionan exclusivamente con poseer o experimentar lo más caro.

Los tradicionales símbolos de estatus ya no son el sueño de todo el mundo.

Ahora los consumidores pueden obtener estatus de otras formas de acuerdo con la dirección que están tomando las sociedades.

El principal efecto de décadas de individualismo es que los consumidores ya no quieren ser como los Pérez o los García. Quieren ser únicos.

Tendencias como el no consumo. Para un creciente número de consumidores, el mero hecho de consumir menos es lo máximo en estatus.

O el hecho de que cada vez más consumidores encuentran placer en adquirir habilidades y conocimiento. Lo logran consiguiendo un público que aprecia y se maravilla con lo que saben, lo que pueden crear, y no por cuánto consumen.

Estar enterados, tener acceso, conocer, pero también poder guiar hacia lo único, lo último, lo de moda, lo más avanzado. Esto es ahora una fuente establecida de estatus, de consumidores convertidos en expertos frente a públicos jóvenes obsesionados con encontrar lo cool.

Y de eso precisamente trata NOPAGUESLAMARCA, de satisfacer la demanda de un nuevo consumidor de moda más inteligente, más cool, más avanzado y único. Una oportunidad para los consumidores que visten por estilo y no por estatus.

viernes, 21 de enero de 2011

El "low cost" empieza a ser más un estilo de vida que una estrategia de precios


Todo el mundo habla hoy en día del concepto "low cost". El concepto se gestó en el mercado de las aerolíneas. Pero el tema no quedó ahí. Este vocablo anglosajón se hizo tan famoso que a los alquileres de coches de la marca EasyCar se les empezó a llamar Low Cost. A Mercadona algunos le atribuyen ya estrategias de "low cost". Muchos afirman que IKEA ha sido siempre una marca "low cost". Y hasta el propio El Corte Inglés lanzó el mes pasado Aliada, “la nueva marca low cost del grupo”, según informaba la empresa en nota de prensa.

Pero pensar que el "low cost" sólo trata de marcas con una buena relación calidad precio es una grave equivocación. Quienes utilizan este argumento no han comprendido todavía que el "low cost" es, más que una opción táctica para una marca y sólo se fijan en el factor precio, en realidad es una filosofía de negocio.

En el fondo, el "low cost" permite la democratización del consumo. Y ahí radica en parte su éxito.

Según datos recientes publicados, la facturación de las aerolíneas "low cost" supera ya la de las tradicionales. ¿Tendencia o consolidación? Parece ser más bien lo segundo. ¿Es posible que ya esté empezando a ocurrir lo mismo en otros sectores? Seguramente sí.

Y es que las marcas "low cost" suelen caer bien. IKEA, el mejor ejemplo, mejora año a año sus procesos internos de producción, logística y costes para que el consumidor que compra su marca llegue a casa con una sonrisa a pesar de que sabe que le esperan horas de trabajo para montar todos esos muebles.

El éxito de las marcas "low cost", extendidas ya a todos los ámbitos de nuestras vidas, no radica en que tengan “precios bajos”. Ni siquiera, con la coyuntura actual de crisis económica. El secreto de su éxito se halla en que además conectan emocionalmente con sus audiencias formadas por consumidores cada vez más inteligentes.

jueves, 20 de enero de 2011

Bien posicionada dentro de un nuevo contexto comercial


El consumo no está muerto, pero ha evolucionado hacia otro perfil totalmente distinto al que se conocía. Hemos dejado atrás el gasto alegre e indiferenciado por una actitud compradora mucho más considerada. El perfil de nuevo consumidor que está creando la coyuntura económica es un joven que quiere comprar productos que realmente necesita, más consecuente y un buscador de ofertas nato.

La crisis actual ha cerrado muchas tiendas y otras han tenido que rendirse a la exigencias de las grandes marcas pasando de ser multimarca a vender sólo una. Esta reducción de la oferta ha convertido nuestras ciudades en auténticos “clones comerciales” con las mismas tiendas, en su mayoría franquicias, copando las principales calles. Y sin capacidad de elegir se pierde la capacidad de diferenciarse y, sobre todo, de emocionar.

Es en este nuevo contexto comercial de crisis y uniformidad que NOPAGUESLAMARCA se situa como una empresa bien posicionada con una oferta adecuada para cubrir un nicho de mercado existente entre la tradicional “boutique de marca” con precios elevados y las tiendas “de barrio” o “made in China” cuyas prendas se caracterizan por su escasa calidad y desentonado diseño.